viernes, 21 de octubre de 2016

Trabajo en equipo y La brecha generacional

Realizado por: Juan Nava Ríos


PERSPECTIVA

Disertar sobre el trabajo en equipo, pareciera ser redundante; sin embargo, hay que observar lo que pasa en el momento actual en las organizaciones: cambios  vertiginosos en la tecnología, en la forma de relación en la sociedad, en la incertidumbre económica, en la perspectiva individual y grupal sobre el mundo, el impacto de las redes sociales en la comunicación humana y fundamentalmente en la diversidad multicultural.

Otro aspecto a revisar, es el que se refiere a los problemas sociales en donde la honestidad, la ética y corrupción están impactado y deteriorando terriblemente la moral de los individuos y afectando consecuentemente  a la familia y a la empresa en su operación y resultados.

UN PUNTO DE VISTA SOBRE LA BRECHA GENERACIONAL

Hace un par de décadas era factible hablar de brechas generacionales definidas: antiguos vs nuevos entrantes; los de más edad  vs los jóvenes; expertos vs inexpertos; especialistas vs generalistas, entre otras, ahora se agrega un factor más: la tecnología, el conocimiento que viene a estrechar esa brecha.

La realidad actual es que podemos encontrar una gran diversidad de experiencias, conocimientos, habilidades, perspectivas, enfoques, necesidades, objetivos, comportamientos, visiones, intereses, etc., en grupos de edades similares , de profesionistas, de especialistas, de personal operativo, de igualdad entre hombres y mujeres de tal suerte que es difícil ubicar con claridad las brechas actuales entre algún tipo de generación. La comunicación y la relación se apoyan más en el manejo de la información, en la vivencia y el conocimiento personal que puede enriquecer el trabajo del grupo en una forma determinante.

EL EQUIPO

Las empresas se enfrentan al reto de generar modelos de trabajo que puedan alinear a una enorme diversidad de pensamientos, sentimientos, habilidades y en general de comportamientos y conductas  hacia objetivos de negocio organizacional y con el objetivo obligatorio de lograr un desarrollo y crecimiento de sus colaboradores.

Todo lo anterior en un contexto exterior de volatilidad y baja permanencia que propicia la rotación por un mercado en donde la búsqueda de compensaciones económicas se vuelve prioritaria en un  mundo de presión para conseguir cubrir las necesidades básicas y/o las que nos impulsan a seguir la línea del materialismo y consumismo en el que se desenvuelve el ser humano en esta época. Estos factores hacen difícil la permanencia y la pertenencia; no se hacen “enganches” y el compromiso se ausenta.

La premisa es que las organizaciones efectivas son ya en realidad redes conversionales en conversación consigo misma y con su contexto exterior, en donde la comunicación efectiva resulta de un enorme valor.

Así, la realidad de la empresa es la de trabajar para construir ambientes laborales productivos estableciendo redes conversacionales… con una gran cantidad de personas que se expresan de diferente manera de acuerdo con su propia historia.

La clave está en impulsar el desarrollo de equipos efectivos de trabajo, para hacer sinergias que lleven a visualizar y compartir objetivos para lo cual se requiere fortalecer la comunicación efectiva, caminando hacia una cultura de respeto, empatía, apoyo, colaboración y compromiso individual y grupal. 

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